genera un video tierno "El video comienza con una explosión de alegría. Vemos a Sofía, una niña de siete años, su vestido rojo danzando bajo el sol mientras corre por un jardín vibrante. Una vincha de mariposas naranjas revolotea en su cabello mientras sus ojos se centran en una maravilla alada: una mariposa celeste, cuyas alas brillan con destellos iridiscentes. La mariposa juega a su alrededor, y la risa de Sofía llena el aire antes de que el delicado insecto se pose suavemente en su pequeño dedo. La música que acompaña esta escena es vivaz y llena de optimismo. La siguiente escena nos sumerge en la frustración de Mateo. Con seis años, está sentado en su cama adornada con los personajes de Paw Patrol, su mundo de juegos. Pero la alegría se ha desvanecido, reemplazada por un ceño fruncido y ojos que comienzan a aguarse. Entre sus manos sostiene los restos de su preciado carrito de policía, ahora irremediablemente roto. Su rostro refleja la creciente rabia ante la pérdida de su juguete. La melodía que escuchamos se torna dramática y melancólica. Cambiamos a la cocina, donde Lucía, de ocho años y vestida pulcramente de rosa, nos ofrece una mueca divertida. En este espacio de azulejos celestes, típicos de una cocina española, un plato lleno de limones verdes es el objeto de su disgusto. Ocho cítricos, uno de ellos mostrando su interior ácido al estar partido por la mitad, provocan en Lucía una expresión de asco mientras saca la lengua con picardía. La música que acompaña esta escena es ligera y cómica. La sorpresa inunda la siguiente secuencia. Pablo, de tan solo cinco años, ataviado con su pijama de Spiderman, se encuentra en medio de un salón festivo. Globos rojos y azules flotan a su alrededor, creando un ambiente mágico. Sus ojos están bien abiertos, la boca ligeramente entreabierta, capturando un momento de asombro puro. Frente a él, sobre una mesa cubierta con un mantel blanco, se alza un pastel espectacular, decorado como su héroe arácnido. La música que envuelve esta escena es grandiosa y llena de emoción. Finalmente, la escena nos lleva al jardín nuevamente, donde la atmósfera se vuelve sombría. Ana, de nueve años, se encuentra arrodillada entre la vegetación. Su rostro refleja una profunda tristeza mientras abraza a un pequeño gatito de pelaje tricolor, blanco, amarillo y café, que emite débiles maullidos. La luz del atardecer baña la escena con un tono melancólico, y la música que escuchamos es solemne y conmovedora, transmitiendo el dolor de la niña por su pequeño amigo enfermo. con duración de 2 minutos

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