Haz un video con esta información: En este video, conoceremos el caso realista de un paciente con shock hipovolémico, una de las emergencias médicas más letales si no se actúa de inmediato.
Acompáñanos paso a paso desde el momento del incidente hasta la estabilización prehospitalaria. Un hombre de aproximadamente 30 años es encontrado en la vía pública tras ser víctima de una agresión con arma blanca.
Presenta una herida profunda en el muslo derecho, con sangrado activo y signos visibles de descompensación. El personal de emergencia realiza la evaluación primaria. El paciente está consciente pero desorientado.
Frecuencia cardíaca de 132 latidos por minuto. Presión arterial de 80/50. Respiración rápida.
Piel fría, pálida y sudorosa. Llenado capilar lento. Estado mental alterado.
Estos signos son característicos del shock hipovolémico Clase III. El sangrado es controlado con presión directa y torniquete proximal. Se administra oxígeno al 100% por mascarilla no rebreather.
Se canaliza una vía periférica de gran calibre y se inicia infusión rápida de solución cristaloide.
El paciente es colocado en posición supina con piernas elevadas y se mantiene monitoreo constante. El paciente es trasladado al hospital más cercano con monitoreo continuo.
El shock hipovolémico ocurre por pérdida severa de sangre o líquidos, lo que reduce la perfusión a órganos vitales.
Si no se trata, puede causar la muerte. El reconocimiento temprano y una intervención rápida pueden salvar vidas.
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El shock hipovolémico representa una de las emergencias médicas más críticas y letales si no se actúa de inmediato. Se produce por la pérdida severa de sangre o líquidos corporales, lo que compromete gravemente la perfusión sanguínea a los órganos vitales. Hoy analizaremos el caso realista de un hombre de aproximadamente 30 años, encontrado en la vía pública tras ser víctima de una agresión con arma blanca. El paciente presenta una herida profunda en el muslo derecho con sangrado activo y signos visibles de descompensación hemodinámica. Este caso nos permitirá comprender paso a paso desde el momento del incidente hasta las intervenciones prehospitalarias necesarias para la estabilización del paciente.
El personal de emergencia procede inmediatamente con la evaluación primaria del paciente siguiendo el protocolo ABCDE. El paciente se encuentra consciente pero presenta desorientación evidente y alteración del estado mental. Los signos vitales revelan una situación crítica: frecuencia cardíaca elevada de 132 latidos por minuto, indicando taquicardia compensatoria. La presión arterial está significativamente disminuida en 80 sobre 50 milímetros de mercurio, confirmando hipotensión severa. Se observa respiración rápida y superficial como mecanismo compensatorio. El examen físico revela piel fría, pálida y sudorosa, junto con llenado capilar lento, signos característicos de hipoperfusión periférica. Todos estos hallazgos son consistentes con shock hipovolémico y requieren intervención inmediata para prevenir el deterioro progresivo del paciente.
Para comprender la gravedad del caso, es fundamental conocer la clasificación del shock hipovolémico en cuatro clases según el porcentaje de pérdida sanguínea. La Clase I corresponde a una pérdida menor al 15% del volumen sanguíneo, con signos vitales normales y sin síntomas significativos. La Clase II implica una pérdida del 15 al 30%, con frecuencia cardíaca mayor a 100 y presión arterial normal o ligeramente baja, presentando ansiedad y sed. La Clase III, que es la que presenta nuestro paciente, corresponde a una pérdida del 30 al 40% del volumen sanguíneo, con frecuencia cardíaca mayor a 120, hipotensión marcada, confusión y piel fría. Finalmente, la Clase IV representa una pérdida mayor al 40%, con riesgo inminente de muerte. Nuestro paciente presenta todos los signos característicos de la Clase III: frecuencia cardíaca de 132 latidos por minuto, presión arterial de 80 sobre 50, estado mental alterado y piel fría y pálida, lo que indica un pronóstico crítico que requiere intervención inmediata.
Ante la identificación del shock hipovolémico Clase III, el personal de emergencia implementa inmediatamente el protocolo de estabilización prehospitalaria. El primer paso crítico es el control del sangrado mediante presión directa sobre la herida y la aplicación de un torniquete proximal en el muslo para detener la hemorragia activa. Simultáneamente, se administra oxígeno al cien por ciento mediante mascarilla no rebreather para optimizar la oxigenación tisular. Se procede a canalizar una vía periférica de gran calibre para iniciar la infusión rápida de solución cristaloide, buscando restaurar el volumen circulante. El paciente es colocado en posición supina con las piernas elevadas, conocida como posición de Trendelenburg, para mejorar el retorno venoso y la perfusión cerebral. Durante todo el proceso se mantiene un monitoreo continuo de los signos vitales, el estado neurológico y la respuesta al tratamiento. Estas intervenciones coordinadas tienen como objetivo principal lograr la estabilización hemodinámica del paciente para permitir un traslado seguro al centro hospitalario.
En este video conoceremos el caso realista de un paciente con shock hipovolémico, una de las emergencias médicas más letales si no se actúa de inmediato. Un hombre de aproximadamente 30 años es encontrado en la vía pública tras ser víctima de una agresión con arma blanca. Presenta una herida profunda en el muslo derecho, con sangrado activo y signos visibles de descompensación. Acompáñanos paso a paso desde el momento del incidente hasta la estabilización prehospitalaria.
El personal de emergencia realiza la evaluación primaria. El paciente está consciente pero desorientado. Presenta frecuencia cardíaca de 132 latidos por minuto, presión arterial de 80 sobre 50, respiración rápida, piel fría, pálida y sudorosa, llenado capilar lento y estado mental alterado. Estos signos son característicos del shock hipovolémico Clase III.
Se inicia la intervención inmediata. El sangrado es controlado con presión directa y torniquete proximal. Se administra oxígeno al 100% por mascarilla no rebreather. Se canaliza una vía periférica de gran calibre y se inicia infusión rápida de solución cristaloide. El paciente es colocado en posición supina con piernas elevadas y se mantiene monitoreo constante.
El paciente es trasladado al hospital más cercano con monitoreo continuo. Durante el traslado se mantiene vigilancia constante de los signos vitales, se comunica con el hospital receptor para preparar la recepción y se asegura que el equipo quirúrgico y banco de sangre estén alertas. El tiempo es un factor crítico para la supervivencia del paciente.
El shock hipovolémico ocurre por pérdida severa de sangre o líquidos, lo que reduce la perfusión a órganos vitales. La fisiopatología sigue una cascada: inicialmente hay pérdida de volumen que reduce el retorno venoso y gasto cardíaco. El organismo compensa con vasoconstricción, taquicardia y redistribución del flujo. Sin embargo, la hipoperfusión persistente lleva a metabolismo anaeróbico, acidosis y falla multiorgánica. Si no se trata, puede causar la muerte. El reconocimiento temprano y una intervención rápida pueden salvar vidas.