Las fracciones son una forma de representar números que no son enteros. Representan partes de un todo. Por ejemplo, si dividimos un círculo en cuatro partes iguales, cada parte representa un cuarto del total, que escribimos como un cuarto.
Toda fracción tiene dos partes principales. El numerador, que está arriba, indica cuántas partes hemos tomado. El denominador, que está abajo, indica en cuántas partes iguales se ha dividido el total. En tres cuartos, el tres es el numerador y el cuatro es el denominador.
Para sumar fracciones con el mismo denominador, simplemente sumamos los numeradores y mantenemos el denominador igual. Por ejemplo, un cuarto más dos cuartos es igual a tres cuartos. Visualmente, estamos combinando las partes coloreadas de los círculos.
Las fracciones equivalentes representan la misma cantidad aunque se escriban diferente. Un medio es igual a dos cuartos y también a tres sextos. Para crear fracciones equivalentes, multiplicamos tanto el numerador como el denominador por el mismo número.
Las fracciones tienen muchas aplicaciones en la vida diaria. Las usamos en la cocina para medir ingredientes, como tres octavos de pizza. En el tiempo, hablamos de media hora. También las usamos para medir líquidos, como tres cuartos de litro. Las fracciones nos ayudan a expresar cantidades precisas en situaciones cotidianas.