La fuerza es una interacción fundamental en la física. Es una magnitud vectorial que puede cambiar el estado de movimiento de un objeto o deformarlo. Cuando aplicamos una fuerza a un objeto, este puede acelerar, desacelerar o cambiar de dirección.
La fuerza tiene características específicas que la definen como magnitud vectorial. Primero, tiene magnitud, que es el valor numérico que indica qué tan intensa es la fuerza. Segundo, tiene dirección y sentido, mostrados por la orientación de la flecha. La unidad de medida es el Newton, en honor a Isaac Newton.
La fuerza produce tres efectos principales en los objetos. Primero, puede cambiar la velocidad del objeto, acelerándolo o desacelerándolo. Segundo, puede cambiar la dirección del movimiento sin necesariamente cambiar la rapidez. Tercero, puede deformar el objeto, cambiando su forma original.
La Segunda Ley de Newton es fundamental en la mecánica. Establece que la fuerza es igual a la masa multiplicada por la aceleración. Esto significa que para una misma fuerza aplicada, un objeto con menor masa tendrá mayor aceleración que un objeto con mayor masa. Esta ley nos permite calcular cualquiera de las tres variables si conocemos las otras dos.
En la vida cotidiana encontramos muchos tipos de fuerzas. La fuerza gravitacional atrae los objetos hacia la Tierra. La fuerza elástica actúa en resortes y materiales deformables. La fuerza magnética atrae objetos metálicos. También están la fuerza de fricción que se opone al movimiento, y la fuerza normal que actúa perpendicular a las superficies. Todas estas fuerzas siguen los principios que hemos estudiado.