Las teorías del desarrollo económico son marcos conceptuales fundamentales que buscan explicar cómo las economías pueden transformarse desde estados de subdesarrollo hacia el desarrollo pleno. Estas teorías identifican los factores clave como la inversión, la tecnología, las instituciones y el capital humano que son necesarios para lograr un crecimiento económico sostenido y mejorar el bienestar de la población.
Las etapas lineales de crecimiento, propuestas por Walt Rostow, sugieren que todas las economías pasan por cinco etapas secuenciales de desarrollo. Comenzando con la sociedad tradicional, pasando por las condiciones previas al despegue, luego el despegue económico, la madurez tecnológica, y finalmente el alto consumo masivo. Este modelo enfatiza que la inversión y la acumulación de capital son los factores cruciales para avanzar de una etapa a la siguiente.
El cambio estructural, ejemplificado por el modelo de Lewis, enfatiza la transformación de economías predominantemente agrícolas hacia economías industriales y de servicios. Este proceso implica la migración de mano de obra desde sectores de baja productividad hacia sectores de mayor productividad. Por otro lado, la teoría de la dependencia argumenta que el subdesarrollo no es una etapa natural, sino el resultado de relaciones históricas asimétricas entre países del centro desarrollado y la periferia subdesarrollada.
La contrarrevolución neoclásica promueve la importancia de los mercados libres, la liberalización económica, la privatización y la estabilidad macroeconómica como motores principales del crecimiento, minimizando la intervención estatal. En contraste, las teorías del crecimiento endógeno destacan el papel fundamental del progreso tecnológico, la innovación, la inversión en capital humano y el conocimiento como factores internos que impulsan el crecimiento económico sostenible a largo plazo.
La economía institucional subraya la importancia fundamental de las instituciones sólidas, incluyendo reglas formales e informales, derechos de propiedad bien definidos y buena gobernanza para crear un entorno propicio para la inversión y el crecimiento. Por su parte, el enfoque de capacidades de Amartya Sen redefine el desarrollo no solo como crecimiento del PIB, sino como la expansión de las libertades y capacidades humanas que permiten a las personas elegir la vida que valoran. Estas teorías ofrecen marcos complementarios para entender el desarrollo económico de manera integral.