¿Alguna vez te has preguntado cómo crecen los organismos o cómo se curan las heridas? La respuesta está en un proceso fundamental llamado mitosis. La mitosis es el proceso por el cual una célula madre se divide para producir dos células hijas genéticamente idénticas. Es esencial para el crecimiento, la reparación de tejidos y la reproducción asexual.
Antes de que comience la mitosis, la célula pasa la mayor parte de su tiempo en una fase llamada interfase. Durante la interfase, la célula crece, realiza sus funciones normales y, crucialmente, duplica su ADN. El ADN duplicado se organiza en estructuras llamadas cromosomas. Cada cromosoma duplicado consta de dos cromátidas hermanas idénticas unidas por un centrómero.
La mitosis comienza con la Profase. Aquí, los cromosomas duplicados se condensan y se vuelven visibles. La envoltura nuclear desaparece. Los centrosomas se mueven hacia polos opuestos y forman el huso mitótico. Luego viene la Metafase, donde los cromosomas se alinean perfectamente en el centro de la célula, formando la placa metafásica. Las fibras del huso se conectan a cada cromosoma.
En la Anafase, las cromátidas hermanas de cada cromosoma se separan. Las fibras del huso se acortan, tirando de las cromátidas hacia polos opuestos de la célula. Luego viene la Telofase, donde los cromosomas llegan a los polos y comienzan a descondensarse. Se forman nuevas envolturas nucleares alrededor de cada conjunto de cromosomas. La célula se prepara para dividirse físicamente.
Finalmente ocurre la citocinesis, que es la división física del citoplasma. En células animales se forma un surco de escisión que divide la célula en dos. En células vegetales se forma una placa celular. El resultado son dos células hijas completamente separadas, cada una con su propio núcleo y un conjunto completo e idéntico de cromosomas. Estas células están listas para crecer y repetir el ciclo celular. ¡La mitosis está completa!