La rotación de la Tierra es uno de los movimientos fundamentales de nuestro planeta. Consiste en el giro que realiza la Tierra sobre una línea imaginaria llamada eje terrestre, que pasa por los polos geográficos norte y sur. Este movimiento se produce de oeste a este, y es lo que determina la sucesión del día y la noche en nuestro planeta.
La Tierra completa una rotación completa en aproximadamente 24 horas, lo que define la duración de un día. En el ecuador, la velocidad de rotación alcanza los 1,670 kilómetros por hora. El eje de rotación terrestre está inclinado 23.5 grados respecto a la vertical, una característica fundamental que determina las estaciones del año.
La consecuencia más evidente de la rotación terrestre es la sucesión del día y la noche. Mientras la Tierra gira, diferentes regiones del planeta quedan expuestas o alejadas de la luz solar. El Sol aparenta salir por el Este y ponerse por el Oeste debido a que la Tierra rota de oeste a este. Cada región del planeta experimenta aproximadamente 12 horas de luz y 12 horas de oscuridad.
La rotación terrestre produce varios efectos importantes en nuestro planeta. Debido a la fuerza centrífuga, la Tierra se achata en los polos y se ensancha en el ecuador, adoptando una forma geoide. Además, genera el efecto Coriolis, que desvía el movimiento de los vientos y las corrientes oceánicas, influyendo significativamente en los patrones climáticos globales.
La rotación de la Tierra es fundamental para la existencia de vida en nuestro planeta. Permite una distribución uniforme del calor solar, evitando temperaturas extremas. Además, es la base de nuestro sistema de medición del tiempo, la navegación y orientación geográfica. Sin la rotación terrestre, la vida tal como la conocemos no sería posible.