Las células son la unidad estructural y funcional básica de todos los organismos vivos. Son las unidades más pequeñas que pueden considerarse vivas y constituyen la base de toda forma de vida en la Tierra.
Las células llevan a cabo todas las funciones esenciales para la vida. Realizan el metabolismo para obtener energía, crecen aumentando su tamaño, responden a estímulos del entorno y se reproducen dividiéndose para formar nuevas células.
Todas las células, sin importar su tipo, comparten tres componentes básicos. La membrana celular que las protege y controla qué sustancias entran y salen. El citoplasma, un medio acuoso donde ocurren las reacciones químicas. Y el material genético o ADN, que contiene toda la información hereditaria necesaria para el funcionamiento celular.
Existen dos tipos principales de células. Las procariotas, como las bacterias, no tienen núcleo definido y su material genético está disperso por el citoplasma. Las eucariotas, presentes en animales, plantas y hongos, tienen un núcleo bien definido que contiene el ADN y diversos organelos especializados que realizan funciones específicas.
Las células son fundamentales para la vida en la Tierra. Forman todos los organismos vivos, desde las bacterias más simples hasta los seres humanos más complejos. Mantienen la vida a través de procesos metabólicos, permiten el crecimiento y desarrollo, transmiten información genética de generación en generación, y son la base de avances médicos y biotecnológicos que mejoran nuestra calidad de vida.