Clase de munición de pequeño calibre y de gran calibre
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La munición se clasifica principalmente en dos categorías según su tamaño: pequeño calibre y gran calibre. La diferencia radica en el diámetro del proyectil y el tipo de arma que la dispara. Esta clasificación determina su uso específico en combate.
La munición de pequeño calibre se utiliza en armas de fuego personales como pistolas, rifles y subfusiles. Los calibres más comunes incluyen 9 milímetros para pistolas y 5.56 milímetros para rifles. Esta munición está diseñada para objetivos individuales a distancias cortas y medias, ofreciendo portabilidad y precisión.
La munición de gran calibre se utiliza en armas pesadas como ametralladoras de 12.7 milímetros, cañones automáticos de 20 y 30 milímetros, y cañones de tanque de hasta 120 milímetros. Esta munición está diseñada para destruir vehículos blindados, fortificaciones y aeronaves, ofreciendo mayor alcance y poder destructivo que la munición de pequeño calibre.
La línea divisoria entre munición de pequeño y gran calibre generalmente se establece en 12.7 milímetros. Todo lo que esté por debajo se considera pequeño calibre, utilizado en armas personales. A partir de 12.7 milímetros se considera gran calibre, usado en armas de apoyo y sistemas militares pesados. Esta clasificación puede variar ligeramente según el contexto específico.
En resumen, la munición de pequeño calibre se utiliza principalmente para defensa personal, patrullaje y operaciones especiales, ofreciendo precisión y portabilidad. La munición de gran calibre se emplea en combate antitanque, defensa antiaérea y destrucción de fortificaciones, proporcionando mayor poder destructivo y alcance. Esta clasificación es fundamental para determinar el uso apropiado según la misión militar o policial.