La fotosíntesis es uno de los procesos más importantes de la naturaleza. Es un proceso bioquímico mediante el cual las plantas, algas y algunas bacterias capturan la energía de la luz solar y la transforman en energía química. Este proceso es fundamental para toda la vida en la Tierra.
La fotosíntesis no es exclusiva de las plantas. Diversos organismos han desarrollado esta capacidad a lo largo de la evolución. Las plantas terrestres y acuáticas son los ejemplos más conocidos, pero también las algas marinas y de agua dulce realizan fotosíntesis. Además, las cianobacterias y algunas bacterias especializadas pueden capturar la luz solar y convertirla en energía química.
La fotosíntesis puede resumirse en una ecuación química simple pero poderosa. Los reactivos son seis moléculas de dióxido de carbono del aire, seis moléculas de agua del suelo, y la energía de la luz solar. Estos se combinan para producir una molécula de glucosa, que es el azúcar que almacena la energía, y seis moléculas de oxígeno que se liberan a la atmósfera.
La fotosíntesis ocurre dentro de los cloroplastos en dos fases principales. Primero, las reacciones lumínicas capturan la energía solar en los tilacoides, produciendo ATP y NADPH, y liberando oxígeno como subproducto. Luego, en el estroma, el ciclo de Calvin utiliza esta energía para fijar el dióxido de carbono y sintetizar glucosa. Este proceso de dos etapas convierte eficientemente la energía lumínica en energía química almacenada.
La fotosíntesis es absolutamente fundamental para la vida en la Tierra. Produce todo el oxígeno que respiramos y forma la base de todas las cadenas alimentarias del planeta. Convierte el dióxido de carbono atmosférico en materia orgánica, almacenando la energía solar en forma química. Sin la fotosíntesis, no existiría la vida compleja tal como la conocemos, ya que mantiene el equilibrio atmosférico y proporciona la energía que sustenta todos los ecosistemas terrestres.