La estenosis hipertrófica del píloro es una condición que afecta principalmente a bebés entre 2 y 8 semanas de edad. En esta condición, el músculo pilórico, que es la válvula que conecta el estómago con el intestino delgado, se engrosa anormalmente. Este engrosamiento causa una obstrucción que impide el paso normal de los alimentos desde el estómago hacia el intestino, lo que provoca vómitos y otros síntomas en el bebé. En la imagen podemos comparar una anatomía normal con un caso de estenosis pilórica, donde se observa claramente el engrosamiento del músculo y el estrechamiento del conducto.
Los síntomas principales de la estenosis hipertrófica del píloro incluyen vómitos proyectiles, que son fuertes y a distancia, típicamente después de la alimentación. El bebé muestra irritabilidad y hambre constante a pesar de los vómitos. También puede presentar pérdida de peso o falta de aumento, deshidratación y estreñimiento. Para el diagnóstico, el médico realiza un examen físico donde puede palpar una masa con forma de oliva en el abdomen superior derecho del bebé, conocida como 'oliva pilórica'. La confirmación se realiza mediante una ecografía abdominal, que muestra el engrosamiento del músculo pilórico, con un grosor mayor a 4 milímetros y una longitud superior a 15 milímetros. En algunos casos menos comunes, se puede utilizar una serie gastrointestinal superior con contraste.
El tratamiento definitivo para la estenosis hipertrófica del píloro es quirúrgico, mediante una técnica llamada piloromiotomía de Ramstedt. Antes de la cirugía, es fundamental estabilizar al bebé, corrigiendo la deshidratación y los desequilibrios electrolíticos, especialmente de potasio y cloro. La piloromiotomía consiste en realizar una incisión longitudinal a través de las capas engrosadas del músculo pilórico, sin penetrar la mucosa interna. Esta incisión permite que el canal pilórico se abra, facilitando el paso de los alimentos desde el estómago hacia el intestino. La cirugía puede realizarse mediante laparoscopía, que es mínimamente invasiva, o a través de una pequeña incisión en el abdomen superior derecho. Este procedimiento tiene una efectividad superior al 95% y presenta una baja tasa de complicaciones. Después de la cirugía, la alimentación se reintroduce gradualmente y la mayoría de los bebés se recuperan completamente.