La voz activa y la voz pasiva son dos formas de estructurar una oración para indicar la relación entre el sujeto y la acción del verbo. En la voz activa, el sujeto realiza la acción del verbo. Es la estructura más común y directa en español. La estructura básica de la voz activa es: Sujeto, más verbo, más objeto opcional. Por ejemplo, en la oración 'El niño come una manzana', 'El niño' es el sujeto que realiza la acción, 'come' es el verbo o la acción, y 'una manzana' es el objeto que recibe la acción.
La voz pasiva es una estructura donde el sujeto recibe la acción del verbo. La acción es realizada por un agente que a menudo se introduce con la preposición 'por', o el agente no se menciona. En español, hay dos tipos principales de voz pasiva. La primera es la pasiva con el verbo 'ser'. Esta forma se usa para acciones completadas o para enfatizar el resultado. Su estructura es: Sujeto receptor, más el verbo 'ser', más el participio pasado del verbo principal, más 'por' y el agente opcional. Por ejemplo, transformando nuestra oración activa anterior, obtenemos: 'Una manzana es comida por el niño'. Aquí, 'Una manzana' es el sujeto receptor, 'es' es el verbo ser, 'comida' es el participio pasado, y 'por el niño' indica el agente que realiza la acción.
La segunda forma de voz pasiva en español es la pasiva refleja con 'se'. Esta forma es muy común, especialmente cuando el agente que realiza la acción es desconocido o no es importante mencionar quién realiza la acción. En esta estructura, el verbo está en tercera persona, ya sea singular o plural, y concuerda con el sujeto, que era el objeto en la voz activa. La estructura básica es: 'Se', más el verbo en tercera persona, más el sujeto receptor. Por ejemplo, en lugar de decir 'Alguien vende casas', podemos decir 'Se venden casas'. Aquí, 'Se' es la partícula reflexiva, 'venden' es el verbo en tercera persona plural que concuerda con 'casas', y 'casas' es el sujeto receptor. Otro ejemplo sería: 'La gente habla español aquí' en voz activa, que se convierte en 'Se habla español aquí' en voz pasiva refleja. Es importante notar que en esta forma de pasiva, generalmente no se menciona el agente que realiza la acción.
Comparemos ahora la voz activa y la voz pasiva. La diferencia principal es el enfoque: la voz activa se centra en quién realiza la acción, donde el sujeto es el agente. La voz pasiva, en cambio, enfoca en quién recibe la acción, donde el sujeto es el receptor. ¿Cuándo debemos usar cada voz? La voz activa es ideal para una comunicación directa y clara, y cuando el agente que realiza la acción es importante. La voz pasiva se usa cuando el receptor de la acción es más importante que el agente, o cuando el agente es desconocido o no es relevante mencionar quién realiza la acción. Veamos algunos ejemplos comparativos: 'El chef preparó la comida' en voz activa se convierte en 'La comida fue preparada por el chef' en voz pasiva. 'Los científicos estudian el fenómeno' se transforma en 'El fenómeno es estudiado por los científicos'. Cuando el agente no es conocido o relevante, como en 'Alguien robó mi bicicleta', podemos simplemente decir 'Mi bicicleta fue robada' sin mencionar al agente. Y finalmente, 'La gente habla muchos idiomas en este país' puede expresarse como 'Se hablan muchos idiomas en este país' usando la pasiva refleja.
Para resumir lo que hemos aprendido: La voz activa enfoca en el agente que realiza la acción, mientras que la voz pasiva enfoca en el receptor de la acción. En español existen dos formas principales de voz pasiva: la pasiva con el verbo 'ser' y la pasiva refleja con 'se'. La pasiva con 'ser' generalmente mantiene el agente introducido con la preposición 'por', mientras que la pasiva refleja generalmente omite quién realiza la acción. La voz activa es más directa y común en el habla cotidiana, mientras que la voz pasiva es especialmente útil en contextos formales o científicos donde el proceso o resultado es más importante que quién lo realiza. Finalmente, la elección entre voz activa y pasiva depende del enfoque que queremos dar a nuestra comunicación y del elemento que consideramos más importante destacar.